Entrevistamos a Don David Prados al inicio de su segundo curso al frente de la dirección del colegio Torrevilano, con el que hacemos un repaso desde sus inicios y evolución como docente y hasta su trabajo como director del centro.

¿Cuántos años llevas en el grupo Educare? ¿Siempre has trabajado en el grupo?

En realidad, los años que llevo trabajando en el Educare se corresponden casi con los años que llevo viviendo en Madrid, es decir, quince años. Comencé trabajando como profesor en Granada, pero al poco tiempo me fui a trabajar México al colegio Miraflores, donde estuve cinco años cuando tuve la oportunidad de regresar a España para comenzar a trabajar en el colegio Parque como profesor de Filosofía, Lengua y Literatura e Historia. Allí estuve durante nueve años y ejercí como director de Ed. Secundaria y Bachillerato. Fueron años de mucho trabajo y de gran aprendizaje porque tuve la suerte de pertenecer a ese claustro y formarme con Maite Gómez, ahora directora de Desarrollo Profesional de Educare; le tengo un gran recuerdo a esa etapa.  Después hubo un curso en el que estuve trabajando en colegio en la zona de Pozuelo, pero volví al año siguiente a Educare, primero en Valdefuentes y luego en Montesclaros, donde empecé a desempeñar la tarea como director del colegio.

¿Por qué decidiste ser docente? ¿Qué asignaturas impartes y cuál es el curso que más te gusta?

Mi vocación es tardía y aunque estudié Filosofía, no me planteaba el dedicarme a la educación. Sin embargo, siempre estuve relacionado con los adolescentes porque trabajaba en campamentos y en clubes deportivos y la verdad es que lo disfrutaba mucho. Cuando terminé la carrera, hice mis prácticas en un instituto y descubrí que hablar de filosofía y enseñarles sobre esta disciplina, ayudar a los alumnos en ese proceso y ver la evolución de estos era apasionante. Desde ese momento, he estado impartiendo clases en todos los cursos de Ed. Secundaria y Bachillerato, y aunque siempre sentí especial predilección por la materia de Historia de la Filosofía de 2º de Bachillerato, y los alumnos de los últimos cursos de la ESO. Disfruto en cualquier curso de esta etapa.

¿Qué te motivó a llevar la dirección de un centro educativo?

Cuando empecé a trabajar en Educación y descubrí cómo un profesor puede llegar a contribuir en la formación académica y humana de un alumno entendí que los profesores tenemos una responsabilidad enorme frente a las familias y la sociedad. Poco a poco, con los años y la experiencia, me interesé por las tareas de dirección y la repercusión que podían tener éstas en la toda la comunidad educativa; desde el puesto de director puedes atender, organizar y gestionar todos los recursos de un colegio para que contribuyan al objetivo común de profesores y familias: los alumnos. Por este motivo, me formé en dirección de centros educativos y hace seis años me dieron la oportunidad de desarrollar mi proyecto de dirección en el colegio Montesclaros de Educare.

¿Qué tal fueron tus inicios en Torrevilano?

Todos los inicios son difíciles y los cambios son muchas veces actos de fe que nos enfrentan a nosotros mismos y nuestros temores, pero la llegada a Torrevilano después del confinamiento por la pandemia y en un contexto nuevo para mí fue duro. Sin embargo, me he sentido muy apoyado por todos y cada una de las personas que trabajan en el colegio, y también he sentido la compresión de las familias en mi primer curso. Estoy muy agradecido y ya me siento parte de Torrevilano plenamente.

¿Qué es lo que más te gusta de Torrevilano?

Cuando llegué al colegio hubo varias cosas que me gustaron mucho, la primera de ellas la descubrí cuando paseaba por los pasillos y los patios, cuando me cruzaba con los alumnos, siempre saludaban dando los buenos días o las buenas tardes de una manera muy correcta.  Esto es algo normal en un colegio, pero me encantó la educación y las formas de los alumnos de Torrevilano.

Y lo segundo que más me gustó fue la actitud del profesorado y, en general, de todas las personas que trabajan en el colegio. Para ellos también fue un cambio en muchos sentidos y su capacidad de trabajo y la manera de enfocar la vuelta al colegio me hizo sentirme orgulloso de pertenecer a Torrevilano.

¿Qué evolución esperas en el cole durante los próximos años?

Me gustaría seguir desarrollando el Proyecto Educativo del colegio centrándome en los alumnos. Desarrollar enfoques que fomenten el inglés y también el alemán en Ed. Primaria y Ed. Secundaria, con una perspectiva cada vez más internacional. Este año se ha terminado de implantar el Proyecto “One to One”, desde 5º de primaria hasta 4º de la ESO, y también considero fundamental asentar esta y otras metodologías que faciliten a los alumnos el aprendizaje. La excelencia académica siempre será uno de mis principales objetivos, sin olvidar el más importante que es colaborar con las familias en la formación integral de sus hijos. Pienso que después de doce años de andadura Torrevilano ha asentado un estilo educativo que lo hace, y lo seguirá haciendo, un colegio de referencia y espero poder acompañar a todas las familias hacia ese objetivo.