Daniel Caverzaschi tiene solo 28 años, pero ya ha participado en tres juegos paralímpicos, es subcampeón del mundo por equipos y también campeón de España individual, y todo sin descuidar sus estudios, licenciándose con matrícula de honor en Económicas por la Universidad de Warwick (Reino Unido). Con el objetivo de inculcar los valores del deporte entre nuestros alumnos y en el marco del acuerdo firmado entre el Grupo Educare y la Fundación Madrid por el Deporte, hoy este todoterreno ha compartido su experiencia con nosotros en el Colegio Torrevilano.
¿Cómo y por qué te metiste en el mundo del tenis en silla de ruedas?
Yo siempre he sido un niño muy proactivo y el deporte es algo que me ha encantado desde pequeño. Mis padres me lo fomentaban mucho y durante un tiempo estuve muy entregado al esquí y al tenis, pero me di cuenta de que no me daba tiempo a todo… ¡y menos teniendo que compaginarlo con el colegio! Así que, a los 14 años, tuve que decidir, y me decanté por el tenis. Fui intensificando mi dedicación y entrenamientos, hasta que después de la universidad decidí dedicarme a ello a nivel profesional.
¿Qué te aporta esta dedicación?, ¿qué es lo mejor que te da el tenis?
El deporte, en general, está lleno de valores que te ayudan en tu vida diaria. A mí, el tenis en concreto me aporta todo. Creo que es un deporte muy completo, muy mental, te hace conocerte a ti mismo, saca lo mejor y lo peor de ti. Es un deporte en el que estás tu solo, y en donde no te queda más remedio que sacarte las castañas del fuego sin ayuda de nadie. Es como el boxeo, es un combate contra otra persona que también te ha estudiado y busca la manera de desesperarte. A mi me ha enseñado a conocerme bien y a entender cómo debo reaccionar ante determinadas situaciones de presión, algo que aún sigo aprendiendo y que también me ayuda en mi vida diaria.
¿Cuáles son tus metas a corto, medio y largo plazo?
Ahora mismo, obviamente, el Roland Garros es mi prioridad a corto plazo, pero también tengo otros dos torneos antes y el mundial… Esto es algo que va partido a partido, cada semana y cada torneo es importante. A medio plazo, mi objetivo es meterme entre los 8 mejores del mundo, y a largo plazo, ser el número uno.
¿Cuándo comenzaste en esto te imaginaste llegar dónde estás?
Creo que no lo veía como algo real. De pequeño soñaba con dedicarme profesionalmente a esto y tengo la suerte de haberlo conseguido, ¡aunque aún queda mucho para ser un gran tenista! De hecho, estas charlas y tener la oportunidad de compartir mi experiencia con jóvenes me hace reflexionar mucho. Me hacen pensar y recordar cuando yo era un chaval y soñaba con esto, algo que ahora veo como algo normal. Por eso me doy cuenta de lo bueno que es también pararse y disfrutar del momento que se está viviendo en cada momento. Estar donde estoy es algo que también me ha costado mucho, porque nadie nos ha regalado nada.
Tu sueño es convertirte en el número uno del ranking mundial, ¿qué pasos piensas dar para lograrlo?
Trabajar y trabajar. Ahora mismo tenemos bastante feedback de las cosas que hemos hecho bien y sabemos por dónde tenemos que seguir. Hay que continuar trabajando duro en todas estas áreas y seguir mejorando: a nivel físico, técnico táctico, a nivel competición… siempre con la disciplina del día a día, seguir para arriba e intentar ir a más.
Hoy nuestros alumnos han tenido la oportunidad de conocerte y compartir todas estas experiencias. En tu charla has dejado claro que tu objetivo y el principal mensaje que querías transmitir es el de “normalizar la discapacidad”, ¿crees que estos chicos se han ido con la lección aprendida?
Yo creo que al menos les he hecho pensar. Me voy con la sensación de que me han escuchado y que este mensaje les ha calado. Además, me han hecho preguntas muy buenas que nunca antes me habían hecho, y que a mí también me van a hacer pensar.